lunes, 19 de noviembre de 2012

FAMILIA FRANCISCANA DE Mª ANA MOGAS, AYER Y HOY (II)

(Continuación)
En los últimos años de su vida se sintió muy unida a  Fuencarral, pueblo entonces de Madrid en el que hoy está la parroquia que lleva su nombre. Nos cuentan que en sus constantes viajes desde el pueblo a Madrid en el tranvía, “conversaba con todas las personas sin distinción de categoría como hermanos que todos somos en Jesucristo, atraía a las masas de tal forma que pequeños y mayores, ricos y pobres, todos la reverenciaban”, su entrega al servicio del pueblo aun en los peores momentos del cólera, en el que atiende a los enfermos en el improvisado hospital de la ermita de San Roque, a riesgo de su propia vida, la granjearon un cariño tal del pueblo que cuando a los pocos años, el 3 de julio de 1886, muere en Fuencarral, donde ella expresamente pidió que la llevaran para sus últimos días, el pueblo exclama: ¡Ha muerto la madre santa!
 
A su muerte ya son muchas las hermanas que, movidas por la misma vocación y deseo, se le han unido. Con ellas ha empezado la vida de la nueva congregación, la que hoy conocemos como las hermanas Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor. Con espiritualidad franciscana y marcadas por una gran devoción a María, Divina Pastora, la Congregación ha ido aumentando el número de fundaciones, primero en Cataluña, más tarde a partir de Madrid, en todo el territorio español.

Después del Concilio, junto a esta familia de hermanas religiosas van surgiendo laicos que se sienten llamados por Dios a vivir esta misma espiritualidad y carisma de Mª Ana Mogas. Poco a poco se abre paso y se va consolidando. El 16 de abril de 1999 es aprobada por el Papa la Asociación de laicos María Ana Mogas, vinculada a la Congregación. Desde entonces la Asociación ha ido creciendo, hoy son más de trescientos los laicos que han hecho su compromiso como asociados y viven, en fraternidades, desde sus familias, trabajos, parroquias, su fe cristiana con el estilo y carisma de Mª Ana.
Hoy, siglo y medio después de la Fundación, presentes en once países de tres continentes, las hermanas, en Misión Compartida con los laicos, continuamos la tarea educativa de María Ana Mogas, en cuarenta centros propios y en otras muchas presencias y lugares, donde aun sin escuelas, nuestro estilo de educación se hace presente. Seguimos atendiendo a los enfermos en numerosos centros de salud y hospitales y acompañando el caminar de los más pobres en países del Tercer Mundo, en el medio rural… desde Cáritas y desde LADESOL, en centros de acogida de inmigrantes, residencias de ancianos, hogares de niños y las múltiples necesidades de nuestros hermanos de hoy, siempre integradas en la vida parroquial.
 El empuje de su ejemplo y la fuerza del mismo carisma recibido del Señor nos ayudan, a todos a seguir intentando vivir a su estilo como miembros de esta familia franciscana. Familia en la que la oración, la austeridad, la fraternidad y el servicio a los necesitados, estableciendo con ellos unas relaciones cercanas y sencillas, queremos que sigan marcando nuestro estilo de vivir. Y  vivir en medio del pueblo, descubriendo y dando respuestas, dentro de lo posible, a sus necesidades, testimoniando alegres y agradecidos por lo que el Señor ha hecho con nosotros.
 


Mª Guadalupe Labrador Encinas
Franciscana Misionera de la Madre del Divino Pastor

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